El arte tiene el poder de conectarnos con lugares, con personas e incluso con nosotros mismos. El arte público es una mezcla fascinante de dinámicas políticas, sociopolíticas y culturales que tienen un importante efecto emocional y representan mucho más que la belleza superficial. Sería sensato de nuestra parte seguir creando.
Durante siglos, se ha reconocido la influencia y los beneficios de los proyectos de arte en espacios públicos. El Renacimiento italiano representó la época dorada del arte público en Europa y el presidente Roosevelt luchó por él a comienzos de la década de 1930 con el Nuevo Trato, con lo cual los gobiernos y las sociedades han aceptado los efectos de las imágenes urbanas por distintos motivos, principalmente por haber reconocido que el arte tiene un impacto sobre las personas del mismo modo que las personas tienen un impacto sobre el arte.
¿Qué tan grande es el impacto del arte público?
Aparentemente, muy grande. Colin Ellard es un especialista en neurociencias que trabaja en la intersección entre la psicología y el diseño arquitectónico y urbano. Sus estudios sobre la mente y el comportamiento en relación con el arte público han impulsado la siguiente pregunta: "¿El diseño urbano es una cuestión de salud pública?". Al notar que los estudios han comprobado que los paisajes urbanos aburridos aumentan la tristeza, la adicción y las enfermedades relacionadas con patologías, se aboca de lleno a la investigación para medir el efecto que tiene el arte público en la gente.
Nos frena, en el buen sentido
El arte integrado en toda una ciudad hace que bajemos la velocidad físicamente, lo cual constituye un beneficio en el mundo vertiginoso que habitamos actualmente. Generalmente, los habitantes de las ciudades caminan a un ritmo promedio de 5 km (o poco más de 3 millas) por hora. Ellard comparó las velocidades al caminar de dos lugares, uno que cuenta con arte público y otro que no, y descubrió que aquellos que pasaban por al lado de trabajos artísticos disminuían la velocidad a la mitad. Esta reducción de la velocidad demuestra cómo el arte público influye en cómo nos movemos, cómo pensamos y cómo nos sentimos, incluso sin darnos cuenta.
Provoca emociones positivas
El arte público no solo hace que un lugar parezca vivo, sino que nos hace sentir vivos a nosotros. Ellard llevó a cabo un estudio donde condujo a un grupo de personas a distintos lugares de una ciudad. Respondieron preguntas para evaluar su estado emocional en sus teléfonos inteligentes y usaron brazaletes de conductancia cutánea para medir su nivel de alerta. Ellard señala que, cerca de edificios comunes, "estas personas se mostraron aburridas e infelices. Cuando les pedí que describieran el lugar, los términos 'insípido, monótono y frío' fueron los más utilizados". Cuando se acercaron a fachadas alegres, los participantes cambiaron de actitud visiblemente. "En el lugar más alegre, se mostraron animados y locuaces, y nos costó controlar su entusiasmo".
Ellard destaca que, cuando están cerca de fachadas alegres, las personas "se detienen, miran a su alrededor y asimilan su entorno en un estado afectivo positivo y placentero, mientras su sistema nervioso se encuentra atento y animado. Debido a este tipo de influencias, verdaderamente quieren estar allí. Además, es también por estos efectos que muchas ciudades han elaborado minuciosamente códigos edilicios para nuevas construcciones que imponen algunos de los factores que contribuyen a fachadas alegres y animadas". Su trabajo demuestra que el arte público no solo estimula la emoción, sino que además mejora el resultado final de las ciudades y las empresas.
Ejemplos de proyectos de arte público que fomentan la identidad y el orgullo
1. Los Ángeles, California: Un par de murales de 70 pies de la artista April Greiman, pintados con la esperanza de atraer nuevos residentes a un proyecto de desarrollo de viviendas, se convirtió en un emblema de la ciudad. Las pinturas han aparecido en revistas locales y nacionales, se utilizan como las imágenes del sistema de tránsito de la ciudad y a menudo se emplean como fondo para los anuncios televisados del alcalde. Estos murales han llegado a representar a LA y le han dado un símbolo a la ciudad que resuena con los ciudadanos a través de la energía, el color y la sensación que genera.
2. Singapur: la compañía de tránsito del país, la Autoridad de Transporte Terrestre, creó el programa Arte en tránsito para integrar el arte en sus estaciones de metro. Cada obra de arte es creada por un artista local y le da a la estación una identidad única que representa al lugar. Los viajeros se conectan con el arte y observan los colores, las imágenes, los diseños y la arquitectura que representan a sus vecindarios y sus culturas. El programa ha tenido tanto éxito que se asociaron con una organización local sin fines de lucro para ofrecer recorridos a pie de las estaciones, con el fin de que todos puedan acceder al arte y sus historias.
3. Brooklyn Park, Minnesota: la biblioteca del condado de Hennepin encargó un mural hecho de 331 paneles de cerámica sobre acero que representan la declaración de la misión de la biblioteca y cuentan la historia de la cultura local y la geografía general a través de la matemática y la ciencia. El mural se asemeja a las páginas de dos libros diferentes; cuando caminan en una dirección, los residentes ven imágenes globales de galaxias y fósiles y, en la otra, imágenes locales de plantas autóctonas y el río Misisipi. El mural conecta a los visitantes con la ciudad y el mundo a través de libros, y combina identidad, educación y belleza en una sola obra.
4. Tampa, Florida: bajo el puente de Laurel Street junto al río Hillsborough en Tampa, FL, encontrará la obra de arte Woven Waves. Con más de 54 paneles decorativos de cerámica sobre acero, el mural une las comunidades multiculturales que componen el área circundante a través de una variedad de colores y diseños. El arte trae nueva vida al concurrido paso peatonal y muestra una historia de Tampa, ya sea que pase por al lado en auto, caminando, en kayac o en bicicleta.
5. Arvada Ridge, Colorado: otra obra de cerámica sobre acero combina el pasado con el presente en la estación de trenes de Arvada Ridge. Chromatic Harvest consiste en pinturas para las comunidades que muestran fuertes lazos con la agricultura y el movimiento a través de tonos verdes, anaranjados y marrones y formas que parecen acercarse y alejarse entre sí. Cuando los pasajeros pasan por al lado, echan un vistazo a Arvada Ridge y su hogar.